viernes, 18 de noviembre de 2016

ELE EFECTO AKRASIA

El Efecto Akrasia - ¿Por qué no cumplimos con nuestros planes ?

Los seres humanos hemos procrastinado durante siglos. Incluso los artistas más talentosos como Leonardo Da Vinci y Víctor Hugo no fueron inmunes a las distracciones de la vida cotidiana. Uno de los casos más conocidos fue durante el verano de 1830, cuando el escritor Víctor Hugo estaba cerca de la fecha límite para la entrega de su nuevo libro titulado «El Jorobado de Notre Dame». Doce meses atrás, el autor llegó a un acuerdo con una editorial para escribir este libro, pero en lugar de ello pasó ese tiempo en otros proyectos, entreteniendo invitados y evidentemente «posponiendo» la escritura. El plan de Víctor Hugo para vencer su procrastinación fue encerrar toda su ropa en un cuarto con llave y se quedó sólo con una bata. Al no tener ropa para salir de su casa, eliminó la tentación de salir y distraerse, y terminar el trabajo era su única opción. Esta estrategia funcionó, de hecho entregó el trabajo dos semanas antes de la fecha límite.

El problema de la procrastinación es tan antiguo, que filósofos griegos como Aristóteles y Sócrates acuñaron una palabra para describir este comportamiento: Akrasia. Esta palabra está definida como «actuar en contra de nuestro mejor juicio» o «hacer algo cuando sabemos que deberíamos estar haciendo otra cosa», y eso suena precisamente a… procrastinación.

Como aprendimos durante el curso, la procrastinación es un problema común, y para nuestra fortuna, existen métodos para salir adelante. En pocas palabras, necesitamos desarrollar la habilidad de retrasar la gratificación instantánea, diseñar nuestras acciones futuras y lo más importante: ¡comenzar!. Nos gustaría escuchar sus historias en los foros, si alguna vez hicieron (o intentaron) algo extremo para evitar procrastinar, como lo hizo Víctor Hugo.


Si quieren leer más al respecto, visiten el siguiente artículo (y el blog) del psicólogo James Clear (en inglés): http://jamesclear.com/akrasia

POEMAS DE CESAR VALLEJO (Figuras literarias)

Ejemplo de Antítesis 01:

Oh estruendo mudo.

(…)  aunque la Muerte concibe y pare (…).


POEMA XIII
Trilce

César Vallejo


Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

Odumodneurtse!


Ejemplo de Antítesis 02:
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud más mortal.


LOS NUEVE MONSTRUOS
Poemas humanos


César Vallejo

Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rosseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!

Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar...
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardido¹!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,

hay, hermanos, muchísimo que hacer.

jueves, 27 de octubre de 2016

Amistad - Anthony de Mello

AMISTAD

- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso
para ir a buscarlo.

- ¡Permiso denegado! -replicó el oficial-. No quiero que arriesgue usted
su vida por un hombre que probablemente ha muerto.

El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más
tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.

El oficial estaba furioso.

- ¡Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he
perdido a dos hombres! Dígame¡ ¿merecía la pena salir allá para traer un
cadáver?

Y el soldado, moribundo, respondió: 

-¡Claro que sí, señor! Cuando lo
encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: 

- Juan... ¡estaba seguro de
que vendrías!

martes, 4 de octubre de 2016

20 palabras bárbaras y algo barrocas (pero no bizarras)

20 palabras bárbaras y algo barrocas (pero no bizarras)

La letra B es la segunda letra del alfabeto y la primera entre las consonantes. Al parecer, la grafía procede del pictograma de una casa en los jeroglíficos egipcios. Además de eso, es la nota musical si en el sistema de notación anglosajón. A pesar de ser la segunda, solo es la decimoquinta más usada: aparece en un 1,42% de las palabras de nuestro idioma.

Aquí va una veintena de palabras que comienzan por la B y que podemos incorporar fácilmente a nuestro bocabul... Perdón, vocabulario.

Badulaque. No es una tienda abierta de 7 a 11 y regentada por Apu. Se trata de un afeite compuesto de varios ingredientes, que se usaba en otro tiempo. En desuso, chanfaina (guisado de bofes o livianos). Persona necia, inconsistente. También, persona impuntual en el cumplimiento de sus compromisos.

Ejemplo de 2666, de Roberto Bolaño:

– Badulaque -dijo Espinoza- es alguien inconsistente, también puede aplicarse esta palabra a los necios, pero hay necios consistentes, y badulaque se aplica sólo a los necios inconsistentes.
– ¿Me está usted insultando? -quiso saber Pritchard.
– ¿Se siente usted insultado? -dijo Espinoza, que empezó a sudar de forma copiosísima.
Pritchard bebió un sorbo de su zumo de naranja y dijo que sí, que en realidad se sentía insultado.
– Pues entonces tiene usted un problema, señor -dijo Espinoza.
– Típica reacción de un badulaque -añadió Pelletier.

Bahorrina. Suciedad. También, conjunto de muchas cosas asquerosas mezcladas con agua sucia. Conjunto de gente soez y ruin.

Para Pascua de Flores determina
hacer una gran justa, y ha llamado
la gente más remota y más vecina;
mucho del rey potente y coronado
vino también inmensa bahorrina
y mucho picarón desarrapado.


Baladro. Grito, alarido o voz espantosa. De baladrón, que es un fanfarrón y hablador que, siendo cobarde, presume de valiente.

El rugir del león, del lobo fiero
el temeroso aullido, el silbo horrendo
de escamosa serpiente, el espantable
baladro de algún monstruo, el agorero
graznar de la corneja, y el estruendo
del viento contrastado en mar instable;
Miguel de Cervantes, en la Canción de Grisóstomo, incluida en el Quijote.

Baldragas. Hombre insustancial, simple y de poco carácter.

Batahola. También bataola. Bulla, ruido grande. Viene del italiano, battagliola.

Como escribía David Trueba en EL PAÍS en 2013, hablando del entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert: “La enésima batahola desencadenada por la afición del ministro de Educación a regalar titulares jocosos ha puesto la guinda”.

Baticor. Pena, dolor.

Bebendurria. Reunión en la que se bebe mucho.

Bibliomancia. Forma de adivinación que consiste en abrir un libro por una página al azar e interpretar lo que allí se dice.

Bibliopola. También bibliópola. Librero (persona que vende libros).

Bigardo. Vago, holgazán. También vicioso y de vida licenciosa. Se usaba como insulto a ciertos frailes. Y en tono despectivo, persona alta y corpulenta. Tiene verbo, bigardear: dicho de una persona, andar vaga y mal entretenida. Y la bigardía es hipocresía, fingimiento, disimulación.

El Diccionario de Autoridades de la RAE pone este ejemplo:

Yo rabio de que contemplo
que roban el Santo Templo,
y nos dán tal mal exemplo
estos bigardos faltréros.

Bínubo, ba. Casado por segunda vez.

Binza. Es la película que tiene la cebolla por la parte exterior. También es una fárfara, la telilla o cubierta blanda que tienen los huevos de las aves por la parte interior. Y la simiente del tomate o del pimiento. Según el Diccionario de Autoridades, vendría del francés mince, que significa "delgado".

Bizarro. Es la palabra más buscada en el diccionario online de la RAE. La razón: que no significa raro, a pesar de que casi todo el mundo la usa en este sentido, sino valiente (esforzado) o generoso, lucido, espléndido. Le dedicamos un artículo entero a esta palabra, con ejemplos incluidos. Lo merecía.

"Es el embajador príncipe de bizarro ingenio, originado de su grandeza". En El criticón, de Baltasar Gracián.

Bodijo. Boda desigual o boda sin aparato ni concurrencia.

Bolonio. No solo es el estudiante o graduado del Real Colegio de España en Bolonia, sino que se usa en tono irónico para llamar a alguien necio e ignorante.

Boquerel. Boca de una manguera que sirve para regular el paso del fluido.

Buchinche. Café, taberna, tienda pequeña de aspecto descuidado. Viene de bochincho, “sorbo”, que a su vez viene de buche, que en su cuarta acepción significa trago.

“El Gato Negro fue, sencillamente, primero un buchinche donde se congregaban unos cuantos artistas, como si reviviese el tiempo romántico; luego una cervecería bohemia, que su dueño, Rodolfo Salís, decoró con tapices, lozas y pinturas”.

Emilia Pardo Bazán en La literatura francesa moderna.

Borborigmo. Ruido de tripas producido por el movimiento de los gases en la cavidad intestinal.

Bullebulle. Persona inquieta, entremetida y de viveza excesiva. De bullir.

Busilis. Punto en que estriba la dificultad del asunto de que se trata. Del lat. in diēbus illis 'en aquellos días', según la RAE, "mal separado por un ignorante que dijo no entender qué significaba el busillis”.

"El traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a toda la gente que el busilis del cuento no sabía, y aun a todos los que lo sabían, que eran muchos".

Miguel de Cervantes, en el Quijote.
  
La letra B es la segunda letra del alfabeto y la primera entre las consonantes. Al parecer, la grafía procede del pictograma de una casa en los jeroglíficos egipcios. Además de eso, es la nota musical si en el sistema de notación anglosajón. A pesar de ser la segunda, solo es la decimoquinta más usada: aparece en un 1,42% de las palabras de nuestro idioma.

Aquí va una veintena de palabras que comienzan por la B y que podemos incorporar fácilmente a nuestro bocabul... Perdón, vocabulario.

Badulaque. No es una tienda abierta de 7 a 11 y regentada por Apu. Se trata de un afeite compuesto de varios ingredientes, que se usaba en otro tiempo. En desuso, chanfaina (guisado de bofes o livianos). Persona necia, inconsistente. También, persona impuntual en el cumplimiento de sus compromisos.

Ejemplo de 2666, de Roberto Bolaño:

– Badulaque -dijo Espinoza- es alguien inconsistente, también puede aplicarse esta palabra a los necios, pero hay necios consistentes, y badulaque se aplica sólo a los necios inconsistentes.
– ¿Me está usted insultando? -quiso saber Pritchard.
– ¿Se siente usted insultado? -dijo Espinoza, que empezó a sudar de forma copiosísima.
Pritchard bebió un sorbo de su zumo de naranja y dijo que sí, que en realidad se sentía insultado.
– Pues entonces tiene usted un problema, señor -dijo Espinoza.
– Típica reacción de un badulaque -añadió Pelletier.

Bahorrina. Suciedad. También, conjunto de muchas cosas asquerosas mezcladas con agua sucia. Conjunto de gente soez y ruin.

Para Pascua de Flores determina
hacer una gran justa, y ha llamado
la gente más remota y más vecina;
mucho del rey potente y coronado
vino también inmensa bahorrina
y mucho picarón desarrapado.


Baladro. Grito, alarido o voz espantosa. De baladrón, que es un fanfarrón y hablador que, siendo cobarde, presume de valiente.

El rugir del león, del lobo fiero
el temeroso aullido, el silbo horrendo
de escamosa serpiente, el espantable
baladro de algún monstruo, el agorero
graznar de la corneja, y el estruendo
del viento contrastado en mar instable;
Miguel de Cervantes, en la Canción de Grisóstomo, incluida en el Quijote.

Baldragas. Hombre insustancial, simple y de poco carácter.

Batahola. También bataola. Bulla, ruido grande. Viene del italiano, battagliola.

Como escribía David Trueba en EL PAÍS en 2013, hablando del entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert: “La enésima batahola desencadenada por la afición del ministro de Educación a regalar titulares jocosos ha puesto la guinda”.

Baticor. Pena, dolor.

Bebendurria. Reunión en la que se bebe mucho.

Bibliomancia. Forma de adivinación que consiste en abrir un libro por una página al azar e interpretar lo que allí se dice.

Bibliopola. También bibliópola. Librero (persona que vende libros).

Bigardo. Vago, holgazán. También vicioso y de vida licenciosa. Se usaba como insulto a ciertos frailes. Y en tono despectivo, persona alta y corpulenta. Tiene verbo, bigardear: dicho de una persona, andar vaga y mal entretenida. Y la bigardía es hipocresía, fingimiento, disimulación.

El Diccionario de Autoridades de la RAE pone este ejemplo:

Yo rabio de que contemplo
que roban el Santo Templo,
y nos dán tal mal exemplo
estos bigardos faltréros.

Bínubo, ba. Casado por segunda vez.

Binza. Es la película que tiene la cebolla por la parte exterior. También es una fárfara, la telilla o cubierta blanda que tienen los huevos de las aves por la parte interior. Y la simiente del tomate o del pimiento. Según el Diccionario de Autoridades, vendría del francés mince, que significa "delgado".

Bizarro. Es la palabra más buscada en el diccionario online de la RAE. La razón: que no significa raro, a pesar de que casi todo el mundo la usa en este sentido, sino valiente (esforzado) o generoso, lucido, espléndido. Le dedicamos un artículo entero a esta palabra, con ejemplos incluidos. Lo merecía.

"Es el embajador príncipe de bizarro ingenio, originado de su grandeza". En El criticón, de Baltasar Gracián.

Bodijo. Boda desigual o boda sin aparato ni concurrencia.

Bolonio. No solo es el estudiante o graduado del Real Colegio de España en Bolonia, sino que se usa en tono irónico para llamar a alguien necio e ignorante.

Boquerel. Boca de una manguera que sirve para regular el paso del fluido.

Buchinche. Café, taberna, tienda pequeña de aspecto descuidado. Viene de bochincho, “sorbo”, que a su vez viene de buche, que en su cuarta acepción significa trago.

“El Gato Negro fue, sencillamente, primero un buchinche donde se congregaban unos cuantos artistas, como si reviviese el tiempo romántico; luego una cervecería bohemia, que su dueño, Rodolfo Salís, decoró con tapices, lozas y pinturas”.

Emilia Pardo Bazán en La literatura francesa moderna.

Borborigmo. Ruido de tripas producido por el movimiento de los gases en la cavidad intestinal.

Bullebulle. Persona inquieta, entremetida y de viveza excesiva. De bullir.

Busilis. Punto en que estriba la dificultad del asunto de que se trata. Del lat. in diēbus illis 'en aquellos días', según la RAE, "mal separado por un ignorante que dijo no entender qué significaba el busillis”.

"El traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a toda la gente que el busilis del cuento no sabía, y aun a todos los que lo sabían, que eran muchos".

Miguel de Cervantes, en el Quijote.