30 asombrosas palabras que empiezan por la
A para aumentar tu aptitud y tu agudeza
Acarrazarse. Abrazarse con fuerza. Se usa sobre todo en Huesca.
Acmé. Del griego akmé ‘punta’. Es el “momento culminante.
Está en el acmé de su fama”. Y también el “período de mayor intensidad de una
enfermedad”.
Adarce. Costra salina que las aguas del mar forman en los objetos que mojan.
Aeronato. Dicho de una persona: Nacida en un avión o en una aeronave durante el vuelo.
Agibílibus. Del latín de agibilibus, que significa “sobre lo factible”. Es la
habilidad, ingenio, a veces pícaro, para desenvolverse en la vida. También
puede referirse a la persona que tiene agibílibus.
Ajaspajas. Cosa baladí, insignificante.
Alacre. Alegre, ligero, vivo.
Aladar. Mechón de pelo que cae sobre cada una de las sienes.
Albanado, da. Que está dormido. Viene del latín alba,
“sábana”. Y procede de la germanía, “jerga o manera de hablar de ladrones y
rufianes, usada por ellos solos y compuesta de voces del idioma español con
significación distinta de la verdadera, y de otros muchos vocablos de orígenes
muy diversos”.
Alcabor. Hueco de la campana del horno o de la chimenea.
Amaitinar. Observar y mirar con cuidado.
Amartelamiento. Exceso de galantería o rendimiento amoroso. Como escribió Francisco de
Quevedo en Túmulo de la
mariposa:
El
aliño del prado
y
la curiosidad de la primavera
aquí
se han acabado,
y
el galán breve de la cuarta esfera,
que,
con dudoso y divertido vuelo,
las
lumbres quiso amartelar del cielo.
Ambuesta. Porción de cosa suelta que cabe en ambas manos juntas y puestas en forma
cóncava.
Amok. Entre los malayos, ataque de locura homicida. Da título a una novela de Stefan Zweig. En
inglés incluso existe una expresión, to
run amok, que significa
volverse frenético, perder el control.
Amonarse. De mona, borrachera: embriagarse, perder el dominio de sí por beber en
exceso. También, sentirse molesto.
Amoricones. Señas, ademanes y otras acciones con que se manifiesta el amor que se tiene
a alguien. Y en desuso, amores o amoríos.
Anagnórisis. Reencuentro y reconocimiento de dos personajes a los que el tiempo y las
circunstancias han separado. Reconocimiento de la identidad de un personaje por
otro u otros.
El
ejemplo clásico es el de la Odisea,
cuando a Ulises lo reconocen los demás personajes al llegar a Ítaca.
Anhedonia. Incapacidad para sentir placer.
La
anhedonia de ojos vacíos solo es una rémora del flanco ventral del verdadero
depredador, el Gran Tiburón Blanco del dolor. Las autoridades denominan esta
condición “depresión clínica” o “depresión involutiva” o “disforia unipolar”.
David Foster Wallace, La broma infinita.
Animálculo. Animal perceptible solamente con el auxilio del microscopio. La terminación
-culo. La terminación -culus era un diminutivo en latín. También tenemos
homúnculo (hombre pequeño) e incluso músculo, del latín mus, ratón, y culus, pequeño: porque a los
romanos el bíceps les parecía un ratoncillo bajo la piel. Incluso bermejo proviene de la palabra latina vermiculus, que significa
gusanito. El pigmento de este color se obtenía, en fin, machacando cochinillas.
Antuviada. Golpe o porrazo dado de improviso.
Apianar. Disminuir sensiblemente la intensidad de la voz o del sonido.
Aporrar. Dicho de una persona: Quedarse sin poder responder ni hablar en ocasión en
que debía hacerlo.
Arcidriche. Tablero de ajedrez.
Ardorada. Oleada de rubor que pone encendido el rostro.
Arrancapinos. Hombre de cuerpo pequeño.
Arrobar. Nada que ver con las menciones en Twitter. Significa embelesar. También,
aunque en desuso, robar. Y, por último, enajenarse, quedar fuera de sí.
Como
ejemplo, este chiste que
cuenta Rosa Montero: Una ratita, parada sobre sus cuartos
traseros, alza la cabeza al cielo y contempla el paso majestuoso de un
murciélago con las alas extendidas. Y exclama con arrobada admiración: ‘¡Oh, mon Dieu! ¡Un ange!’.
Asobinarse. Dicho de una bestia: Quedar, al caer, con la cabeza metida entre las patas
delanteras, de modo que no pueda levantarse por sí misma. Y dicho de una
persona: Quedar hecha un ovillo al caer. Del latín supinare, “poner boca arriba”.
Asperillo. Regusto agrio de la fruta no bien madura, o el que por su naturaleza tiene
alguna comida o bebida.
Atafagar. Sofocar, aturdir, hacer perder el uso de los sentidos, especialmente con
olores fuertes, buenos o malos. También es molestar a alguien con insufrible
importunidad. Y además, estar sobrecargado de trabajo.
Aurívoro, ra. Codicioso de oro. Del latín aurum,
oro, y la terminación -voro, que viene de vorare, devorar, y que se usa en los
términos que hacen referencia a la dieta de los animales (herbívoro, carnívoro,
omnívoro…).
No hay comentarios:
Publicar un comentario